domingo, 4 de marzo de 2018

MENOS QUE NADA


La sinceridad cuesta mucho. Creemos muchas veces 
que somos sinceros y no lo somos.
Azorín




Marzo. Retomo una página medio escrita que dejé porque le faltaba honestidad. Intento reconciliarme con parte de un pasado no demasiado lejano sin buscarle justificación. Afilo unos cuantos lapiceros antes de intentar escribir una sola letra, una manía como otra cualquiera. El día se ha vuelto confortable pese a la lluvia, pese a las incógnitas que se esconden en aquella página a medio hacer. Intenté construir una verdad a la medida de una gran mentira. No sirvió para nada. Guardo aquella página a medio escribir porque ya no la siento mía, porque el tiempo borra lo que quiere y porque hoy, cuando aún soy capaz de ver sin estropear el recuerdo, pienso que en mi cabeza aquellas líneas se escribieron buscando sentido a la desesperante realidad de un pérdida inútil. El mundo se perfecciona a través de la confusión de los que somos simplemente mortales. 




2 comentarios:

  1. A veces, varias mentiras si las tejes bien pueden ser creíbles hasta la verdad.

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  2. Pues debe ser cierto eso del hilo rojo que aparece en el lateral, vine a parar aquí por error, pero me quedo.

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