lunes, 26 de noviembre de 2012

VISTULA

 

He apuntado algunas banalidades en el escaso papel que he encontrado sobre la mesilla de la habitación. Mientras me tomo el primer café, miro por la ventana el día generoso que amanece en verde. No nevará y mis pies, al menos por hoy, resistirán un poco más.


No entiendo ni una sola palabra de las que escucho a mi alrededor. Ni una sonrisa en los labios, miradas perdidas. Sin embargo, en medio de este invierno aterradoramente triste, el malhumor, el mío, desaparece como por ensalmo mientras la avenida se desliza lentamente a mi izquierda y el día avanza estrecho, raro, silencioso.

Doblo la esquina, tres dobleces en forma de diminuto abanico como marca. Olvidé sobre la mesa de la cafetería el único bolígrafo que sobrevivió a la presión del avión, por eso, mediante una regla mnemotécnica que habré olvidado antes de llegar a la próxima estación, intento memorizar cuál de las más de veinte dobleces corresponden a esa nada que comprendo tan bién.

Son sólo las cuatro de la tarde y la noche cerrada me pisa los talones desde el Mariensztat. ¿Es la perfección de la nada? Saco del bolsillo las últimas notas. A ellas grapé un mapa dibujado en un papel tan desgastado como la memoria de Grzegorz, y ahora, mientras intento ordenarlas, de vuelta en la 180, recuerdo que su nada, es mi nada, olvidando que el motivo de mi venida hasta aquí fue, precisamente, confirmar si consumir litros de queroseno persiguiendo quimeras, las transforma en realidades impertinentes. 

Una nostalgia profunda, casi primigenia, se pega con una espesa y melancólica obstinación a cualquier resquicio de olvido.

martes, 20 de noviembre de 2012

EN LA CIUDAD


Le pregunté cómo le iba, si estaba bien. Sonrió de medio lado. Contestó "lo normal, lo que se puede contar en este momento es tan aburrido, tan corriente que no vale la pena cansar a nadie".

Nos emplazamos para el año 2036. Una buena fecha para contarnos lo que no nos ha aburrido jamás.


james morrison ft nelly furtado - broken strings






domingo, 18 de noviembre de 2012

LE PONT EST IL



Sigue. Aprieta los labios, inspira sin que las aletas de la nariz te tiemblen, sigue. Dobla la esquina y cuando llegues al puente, fíjate en los contrafuertes. No preguntes en qué debes fijar tu atención, sólo fíjate en ellos, en el primero, en el segundo, en el tercero, en todos y cada uno de ellos. Controla las inspiraciones y el vaho de tu aliento al expirar será menos denso. 

Que no te venza la fatiga.

Cuando la noche vaya cayendo, sentirás que el aire se espesa por el levísimo vapor que exhalan los solitarios, los desposeídos, los descreidos, pero debes seguir caminando. Persigue a tu sombra, pégate a sus talones y no me olvides. 
Vivo en todos y cada uno de tus contrafuertes, sosteniéndote, pese a todo.


jueves, 15 de noviembre de 2012

GRAY GEESE


Cuelo el café con un calcetín de media. Maquillo mis ojos, sin un espejo que me guíe, con los restos de un lápiz de kohl que me llevé de una casa de mujeres en Bangladesh. Puede que te parezca repugnante, pero no lo es, la necesidad del que necesita nunca lo es.

Te estrellaste contra el suelo y no volviste a comenzar.

Miro por la ventana, no tengo prisa. El único resquicio que deja el cemento que me rodea, me regala la mejor estampa del día, una bandada de gansos cruzando el cielo, puede que ni siquiera lo sean. No es nada original, lo leí y lo vi imaginando la isla de Manhattan sepultada bajo el peso de una colcha. 

Tienen la panza gris, como los restos de kohl que manchan mis dedos, como el hielo que ahoga el café, como los días de este otoño que no acaba de llegar.

martes, 13 de noviembre de 2012

REDES, PISCINAS Y DEMÁS

 

Una de las mejores cosas que uno puede tener es una red que le sostenga cuando las cosas se ponen complicadas. 

Todos deberíamos contar con gente a nuestro alrededor que cuando la invitas a tomar agua del grifo, porque estás de restricciones, se la beben como si fuera el mejor de los whiskies on the rocks, y que cuando las dudas, existenciales o no, tocan a tu puerta, se acercan para hacerte la ola y gritarte, al unísono, "Susan te queremos", como el mejor salvoconducto para seguir tu camino.

Busquen su red, lanzarse a la piscina sin ella no es lo mismo, ya se lo digo yo.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA GRAN BLUFF o ADIOS MI AMOR, ESTO ES UNA PRUEBA DE AMOR (Versión 2.0)


Llevo una temporada leyendo por distintos sitios que no hay prueba más grande de amor, que dejar que ese “amor” se marche. Cada vez que leo esa frase, levanto las cejas y me pregunto si quienes lo dicen realmente lo dice en serio, o si de verdad, en algún momento en su vida, han dejado que la persona amada marchara y han considerado que estaban dando una gran prueba de amor. Creo que en ambos casos la respuesta sería no


Nadie deja marchar libremente a la persona amada, y hablo de libremente con uno mismo. Creer lo contrario, a mí me parece una manera suave de intentar consolarse cuando nuestro amado desaparece, por no decir una estupidez. Y es que el amor, en algunas ocasiones, se nos escapa, se va, desaparece (con otro, con otra, o simplemente solo),  pero, dudo que nadie le abra la puerta diciéndole que se puede marchar, que tranquilo, que no pasa nada, que nos quedamos fenomenalmente bien, porque somos tan geniales y generosos que, con ese abrirle la puerta, le estamos demostrando nuestro profundo amor. Una demostración absurda que no lleva a nada, salvo a quedar como unos auténticos bobos con nosotros mismos y con el que recibe esa despedida.


Una demostración, una prueba ¿para qué? Para nada. ¿La secreta esperanza de un reconocimiento que nunca llegará? Pues eso creo.


Y es que en realidad no dejamos que se marche, sino que no nos queda otra que resignarnos con la marcha, sobrellevarla y aprender a vivir con ella.

El amor es un sentimiento que tiende a buscar la reciprocidad. El que ama espera que el sujeto amado le ame. Porque lo que uno quiere cuando ama es unirse al otro, fundirse en él, porque sólo así se siente completo. Porque el amor, el correspondido, da energía para vivir, para comunicar, para crear (esto último no sólo lo digo yo, sino también mi eterno comodín en los últimos tiempos, el diccionario de la RAE) y cuando eso no ocurre uno queda hecho fosfatina y en lo que menos piensa es en la generosidad para con el otro.


Quizás es que soy rarita pero, si en mi mano estuviera, yo a “mi amor” no le dejaría marchar nunca. Querría estar siempre con él (mientras le ame), fundirme en uno y perderme en cada uno de sus recodos y darle mil pruebas de ese amor. No le abriría la puerta para decirle que le amo tanto que se puede marchar. Pero, si llegado el momento, mi amor decidiera que quiere irse, por el motivo que fuera, lo que tengo claro es que tendría que ser él quien debería abrirse la puerta mientras encajo esa plantada. Yo me vería incapacitada para acompañarle hasta el umbral, darle un golpecito al hombro y darle las gracias por haberme dejado amarle tanto.


Lo siento, no debo andar en la onda, porque a mí, un amor no correspondido, que decide alejarse dejándote con cara de tontito y el corazón hecho trizas, me parece algo tremendo.

El adiós a un amor, cuando uno continua amando, es una gran faena, una terrible frustración, que dudo mucho que permita la generosidad de franquearle la salida como prueba de afecto. Otra cosa es que no quede otra que aceptarlo o incluso que nos toque cerrar la puerta cuando tenemos consciencia que el ser amado ya no nos ama, cuando esa situación sólo produce desconcierto y dolor, y sabemos que el otro nada va a hacer.


Pero claro, cada uno somos un mundo.
   

 


(Version 1.0 del 26/2/2010)

domingo, 4 de noviembre de 2012

VOCACIONES PERRUNAS



En las últimas tres semanas mi nueva vocación se ha revelado y así, con esta nueva y entusiasta disposición natural al paseo perruno, creo haber descubierto mi finalidad en este mundo y en el siguiente también, pasear perros. Puede que algunos piensen que es prosaico, pero se equivocan. Pasear perros requiere mundo, destreza, cierta dosis de mano izquierda y una importante capacidad de improvisación para el diálogo absurdo.

Gracias a mi nueva, aunque tardía vocación, y a la existencia de Satán, me he convertido en la sensación de mi barrio. No hay paseador matinal de perro que no me salude con una agradable sonrisa, gracias al olisqueo de trasero que Satán realiza con mucho afán a todo can, sea macho o hembra, que se cruza en su camino y a mi estoica espera hasta que el ritual anal finaliza. Una novedad en mi vida que nunca había sospechado, la inquietud por el aroma de los cuartos traseros.

Satán es una especie de mopa peluda enana, propiedad de mi Santa que tengo usucapido de momento. Obviamente ese no es su nombre, aunque no tiene porque ser tan obvio, y de hecho mi Santa se lamenta del poco alma que tenemos por rebautizar al chucho con ese “nefasto” apelativo al que ya contesta moviendo el muñoncito que tiene por rabo con una alegría desmedida.

Satán es un perro malote pero simpático y se hace de querer aunque te dé por saco ciento mil; como todos los malotes, supongo. Gracias al perro en cuestión, tengo en mi poder, todo regalado: dos correas extensibles para perro canijo, un manual fotocopiado de “Educar a su perro”, una invitación a café con churros (atando a los perros en la puerta, eso sí),  y el loor a gloria bendita que me llevo encima tras dejar mi paso garboso a las 7:30 a.m ante la puerta de la frutería de mi barrio (de ello el frutero da fe que preparó notarias en su juventud).

Así que a la vista de mi exitazo social de las últimas semanas (del que no descarto obtener una cita a ciegas con el ciego que vende los cupones, cuyo perro descansa a su vera y al que Satán olisquea el culo sin que éste ni pestañee), y el hecho que, en breve, el chucho volverá con su legítima, me pido, en la próxima vida, ser paseadora de perros enanos y macarras, dan mucho juego, amén de poder abrillantarte los zapatos con ellos el día que caen cuatro gotas, de lo cual yo también doy fe.



viernes, 2 de noviembre de 2012

MAÑANA YA NOS OCUPAREMOS DE ESO


Aquí estaré, mientras te vas. No importa lo que dure tu viaje, da igual, aquí estaré, ya lo sabes. Los dos hasta el final. Yo a tu lado, tu al mío, porque los dos así lo queremos. Porque yo estaré aquí para que te apoyes cuando lo necesites, cuando quieras. Para que sepas que puedes alejarte sabiendo que tienes un lugar al que regresar, el nuestro. 

Y yo también desapareceré, como en otras ocasiones, siempre a destiempo, para terminar volviendo, invariablemente, a éste nuestro lugar donde sé que estarás, como siempre. 

Nos podemos alejar sin miedo a que al volver no nos encontremos, pues los dos sabemos que estaremos, como siempre, el uno para el otro. Porque quiero estar cuando tú lo quieras y sé que tú quieres estar cuando yo lo quiera. Y nos cuidaremos siempre, así sin más. No necesitamos excusas. Sólo nos queremos. No sé lo que pasará mañana. Pero ¿qué más da? Mañana ya nos ocuparemos de eso.

jueves, 1 de noviembre de 2012

THE LAST GOODBYE



Amanece de un modo perezoso. Le esperé y mientras lo hacía me venció el sueño. En un duermevela denso, continué esperando sin saber que a esa misma hora, sus manos, sus ojos, recorrían los ventajosos trazos de una pasión efímera y turbia. Me estremecí y busqué el calor de lo cercano, consuelo de noches de mal sueño. Pero ahora amanece sin más, en silencio.

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Je t’ai vu grandir comme un arbre
Inenarrable éternité;
Je t’ai vu durcir com un marbre,
Indicible réalité.

Prodige dont le nom m’échappe,

Granit trop dur pour le ciseau,
Bonheur partagé par l’oiseau
Et par l’eau que le chien lappe.

Secret qu’il faut savoir et taire,

Tout ce qui dure est passager;
Je sens sou moi tourner la terre;
Le ciel plein d’astres m’est léger.

Vous souriez, mort bien couchés!

Tout ce qui passe pourtant dure;
Les brins minces de la verdure
Sont faites du grain noir des rochers

-Vers gnomiques-
Marguerite Yourcenar