martes, 29 de noviembre de 2011

IN OTHER TIME 2.0


El tiempo se acorta. El reloj y los que esperan lo engullen. Sigue tirando del elástico.
Una gota cabalga sobre el puente de su nariz. Se observa en el espejo. Sus ojos se prolongan rasgándose más de lo normal. 

Parpadea rápido. Está ahí, lo siente, casi lo ve. Un parpadeo más y el espejo le devolverá una imagen desconocida.

No es lo que parece, no parece lo que es. 

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"Pronto descubrí que la vida consta de dos elementos contradictorios: uno eran las palabras, que pueden cambiar el mundo. El otro era el propio mundo, que no tiene nada que ver con las palabras."
Y. Mishima




domingo, 27 de noviembre de 2011

GOOGOL ON MY MIND



La manera más sencilla para desintoxicarse de uno mismo, de lo que le rodea, puede estar en centrarse en algo interesante, algo que requiera colocar toda la atención del mundo en ese barbitúrico mental y, al final, si hay suerte,  dar lugar, incluso,  a algo interesante, cuanto menos para uno mismo. Pero existe otra manera, centrarse en algo tan vacuo, algo tan inútil, que no sirva para nada. 
En ocasiones, se me dispersa la cabeza y no tengo intención de que se centre en nada, la dejo por ahí, divagando entre cosas que  jamás me servirán para nada útil.

Puede que por eso, esta mañana, después de desayunar un escuálido té con menta, haya centrado toda mi atención en gúgol, o googol, ese número limitado a un simple uno e infinitamente prolongado con una serie inacabable de ceros. ¿Para qué sirve gúgol? No tengo ni idea. Hace algún tiempo leí que no servía para absolutamente nada. Y en esas andaba cuando me he dado cuenta que gúgol no es sólo útil, sino utilísimo para los diletantes, bipolares como yo.

Gúgol, ha tenido una utilidad que ni el mismo Eduard Kasner, el matemático que lo inventó, hubiera podido imaginar jamás. Sí, unas cuantas horas de gúgol alejan pensamientos difusos y extraños, centran la atención en la mixtura de las natillas que a fuego lento he preparado a las seis de la mañana,  modifican la intensidad del riego a los que he sometido a los hibiscus que empiezan a mal llevar el mes de noviembre y, sobre todo, aleja sombras.

Gúgol es una secuencia numérica, imposible, increíble y vorazmente satisfactoria. Ha dejado mi pensamiento en un estado lineal, plano, y eso, a veces,  no sólo es bueno, sino incluso deseable. 
No todo lo que parece, es. Ni todo lo que es, parece lo que verdaderamente es.

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viernes, 25 de noviembre de 2011

EFÍMERO



-Es lo efimero de la existencia, la inminencia de la perdida, lo que siempre me aturde-


Empiezo a tener demasiadas despedidas a mis espaldas. Algunas pérdidas pesan como losas. Cada vez que un ser humano desaparece el universo se transforma. Y el mundo, el mío, esta misma mañana ha cambiado para convertirse en un lugar un poco más triste, un poco más solitario, un poco más inhumano.
Sé que el tiempo adormecerá el dolor que en estos momentos siento pero sé, también, que nada volverá a ser como fue.
Las desapariciones fulminantes, casi inesperadas, arrastran un desconsuelo que quema, que devora el sentido. Pero estamos condenados a seguir de pie, a no ceder un milímetro a la desesperación. 
Quiero mantener la mirada fija en la línea del horizonte. Sé que es el mismo punto al que Fernando miraba cuando pensaba en el futuro. El suyo y el de su hijo.





El Aleph


"La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad; alguna vez, lo sé, mi vana devoción la había exasperado; muerta yo podía consagrarme a su memoria, sin esperanza, pero también sin humillación".
Jorge Luís Borges

A Fernando Estruch Polo in memoriam

CUANDO UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS



Pasaron las elecciones y la maquinaria para la formación del nuevo Gobierno está en marcha. Reuniones, encuentros, traspasos, alguna que otra declaración y fotos, muchas fotos. Vivimos una especie de borrachera colectiva que nos tiene sin saber demasiado bien a dónde iremos a parar. La preocupación de casi todos va en aumento. Europa navega a la deriva y nosotros temiendo chocar contra el iceberg de la economía. Algo se está muriendo, queramos verlo o no.

A este panorama desolador, se le une mi zozobra personal, y es que el ver a la Sra. Soraya Sáenz de Santamaría continuamente en los papeles, atendidas sus circunstancias, me produce tiricia.

No me gusta nada verla día sí y día también (desde la noche de las últimas elecciones), en los periódicos, en la televisión, en cualquier medio de comunicación. Y no tiene nada que ver con el hecho de que la conocida política, diputada electa y Abogada del Estado en excedencias, sea del PP; eso me da exactamente igual. Si fuera del PSOE, de CIU o del Bloque Nacionalista Gallego diría exactamente lo mismo a lo que voy a decir.

En este país se ha trabajado muy duro para que se reconozca el derecho de sus ciudadanos a compaginar la vida laboral y la familiar. Entre estos derechos, se encuentra el de gozar de los permisos de maternidad y paternidad que permitan a los progenitores estar cerca de sus hijos, cuidarlos personalmente, al menos durante los primeros días, semanas, incluso meses, de su nacimiento. En cuestión de reconocimientos sociales estamos en la cola de Europa, no podemos olvidarlo.

Es por eso que entiendo que desde un punto de vista "profesional" (lo que uno hace a sueldo, deja de ser algo vocacional o incluso ideológico, para convertirse en un modo más de llevar las lentejas a casa), la Sra. Sáenz de Santamaría esté muy contenta por el éxito de su partido y por el ya cantado ascenso que en su carrera va a suponer esa victoria. Pero, ¿qué quieren que les diga? A mí, desde un punto de vista humano, político e incluso profesional, el hecho que la Sra. Soraya Sáenz de Santamaría, nueve días después de parir, apareciera en el balcón de la calle Génova (la sede del Partido Popular), y después la vea, continuamente, de reunión en reunión, me pone el cuerpo fatal hasta, por qué no decirlo, cabrearme.

Algunas cosas deberían estar por encima de la ambición profesional, y una de esas cosa podría ser el bien colectivo.
En política, sobre todo, hay cuestiones que deberían trascender por encima de lo individual (egos y ambiciones incluidas). No sé si alguien del partido del próximo Gobierno ha pensado en la imagen que se está transmitiendo a los ciudadanos cuando la Sra. Sáenz de Santamaría aparece en los medios de comunicación hablando de los próximos pasos gubernamentales, manteniendo ruedas de prensa, reuniones tras reuniones y trabajando, aparentemente, muchísimo.

¿Cómo pretende que creamos que velaran por los derechos conciliadores de los trabajadores si ellos mismos no se aplican el cuento? Y no me vale que me digan que es una cuestión de urgencia y necesidad, que en este momento se necesita a todas las cabezas pensantes del partido en acción. No lo es. La decisión de la Sra. Sáenz de Santamaría de reincorporarse a su trabajo nada más dar a luz, es una decisión personal que, si bien en el ámbito privado puede no ser discutible, desde un punto de vista de la imagen política es una fatalidad.

Y es que no puedo evitar pensar que la anteposición de la ambición personal a algunas otras cosas nos dan la medida de a quién tenemos enfrente. En este caso, su decisión, no es una cuestión que sólo le afecte a ella o a su familia, sino que lo hace a todos, empezando por su partido y terminando por el resto de los ciudadanos de este país.

El movimiento se demuestra andando, y algunos tienen un plus en su "obligación" de caminar porque, entre otras cosas, el "andador" se lo pagamos entre todos. Creo que habría sido mucho mejor, a la imagen y prestigio de la Sra. Sáenz de Santamaría que se hubiera acogido al permiso de maternidad que le corresponde, haciendo notar a todo el mundo que así lo hacía y que, pese a ello, seguía en la carrera por alcanzar un puesto en el Gobierno. Habría sido una bonita lección para todo el mundo.
Y es que en política pasa aquello de la mujer del César, no basta con que sea honesta, sino que tiene que parecerlo.





miércoles, 23 de noviembre de 2011

ÉCHALE GUINDAS AL LINFOCITO


Me he despertado con un sobresalto colosal, sin saber donde estaba. El porrazo en la cabeza ha sido fenomenal, virar bruscamente en un colchón desconocido puede ser terrible para la salud. Doy gracias por no tener cuernos porque el impacto ha sido tan grande que bien podría haberme quedado clavada al pladur que divide esta casa.
Presiento un chichón pero, a oscuras, no voy a buscar entre mis cosas una moneda de cincuenta céntimos para evitar que la frente se abulte escandalosamente. 

Nos acostamos después de cenar una crema de berenjenas en tetra-brik, a la que le escondimos la fecha de caducidad, le añadimos un par de quesitos pochos y nos la servimos en un par de boles de las Wings. Caí de sueño en el sofá y al despertar, sobre las tres de la madrugada, como una autómata, me acosté en una cama dura como una tabla, fría como una losa y mal dormí hasta que algo, no sé lo que ha sido, me ha despertado y abocado la inefable porrazo.

Tras el chichón y el descoloque inicial, me he sentado a los pies de la cama y después de frotarme insistente y masoquistamente la hinchazón, me he acordado de Laura Palmer.
Vale. Laura Palmer no tiene nada que ver con todo esto pero es que desde ayer, mientras en penumbra contemplaba las luces que desde lejos veía del Forum, tengo a Palmer clavada entre ceja y ceja, y no puedo dejar de pensar en el agua fría del lago al que fue a parar.

Esta noche, el brik era de crema de calabaza y el sueño triplicado por mil, igual que el frio que hace en este ático. Así que me he acostado sin cenar, mi frente no soportaría otro porrazo como el de ayer, el pladur creo que tampoco y yo, sin algún estimulante más fuerte que un red-bull, creo que no podría soportar no descubrir el famoso misterio de ¿Quién mató a Laura Palmer? o de ¿Quién le echará las guindas al pavo?






PD.: Al otro lado del pladur ya duermen, oigo la respiración pausada. Pensar en Laura Palmer y en el maldito pavo agota a cualquiera

lunes, 21 de noviembre de 2011

DEL EFECTO MARIPOSA


Para nadie será una novedad si digo que el mundo, pese a la aparente globalización que vive, se radicaliza a marchas agigantadas, lo cual no deja de provocar cierto pavor. Sin embargo, ese mismo mundo camina hacia delante gracias a la generalización de las telecomunicaciones, a la posibilidad de conectarse a una pantalla para saber lo que pasa más allá de nuestro pequeño mundo (ese que se compone de nuestra casa, nuestro barrio, los conocidos y poco más), existe otro en el que ocurren cosas.
La era de la información, que no del conocimiento, ya está aquí. Los modos de exhibir nuestra disconformidad con lo que nos rodea, con el mundo en el que vivimos, incluso con nosotros mismos, se encuentra al alcance de un simple “click”.  Los blogs son una muestra de ello.

 

Y debe ser por el efecto mariposa, por el que los ataques y amenazas que sufre una joven egipcia (Alia Magda Al-Mahdi) que se desnuda y muestra su cuerpo autocensurado con unas bandas amarillas en su propio blog, queriendo mostrar su disconformidad con la violencia machista existente en su país y la falta de liberta de expresión, aletea hasta Israel y allí, un grupo de mujeres, en solidaridad con ella, fotografían sus cuerpos desnudos por algo tan simple y elemental como es el respeto a los derechos humanos y fundamentales de las personas.  
 
Siento un verdadero pudor al desnudo, al mío, nunca al ajeno. Por eso no me voy a desnudar, desvestir, en mi blog, sólo voy a mostrar mi apoyo a una causa que, esté basada en una historia real o no (no olvido lo que ocurrió con la inexistente bloguera Amina Arraf), creo que es inapelable y no es otra que el respeto a la libertad de expresión y a la dignidad de las personas.

Finalmente, las redes sociales, y el inmenso abanico de posibilidades que ha abierto internet, es una de las mejores armas, en sentido intelectual me refiero, para intentar acabar con algunas cosas que debieron quedar con los brontosaurios y congelarse con las primeras glaciaciones que hubieron en el planeta tierra.






sábado, 19 de noviembre de 2011

DIOPTRIAS


Vuelvo a casa caminando, he olvidado la chalina en el respaldo de la silla. Lleva lloviznando todo el día y la humedad es imposible. No he aprendido a evitar que se cuele a través de la ropa y me embeba los huesos. Es una batalla perdida. Encojo los hombros para cobijarme del relente, como si con esa postura incomoda, casi dolorosa, me volviera impermeable. Recoger el cuello, ocultar la nuca entre las solapas levantadas del cuello de un abrigo de entretiempo, sirve de poco en las noches de noviembre. 

Mis pasos resuenan contra el adoquinado. Juego a las adivinanzas e imagino sus vertiginosas respuestas. Bebería un vaso de vino caliente, escogería el minuto exacto en el que puso su mano sobre mi vientre, el segundo exacto en el que susurré su nombre junto a su oído, y una puesta de sol junto a un fiordo noruego.

    ─¿Estás?
    ─Estoy.

Es noviembre del año 2011. ¿Quién necesita más?




 

jueves, 17 de noviembre de 2011

COSAS QUE HACER ANTES DE MORIR


Todos tenemos algunos deseos ocultos, o simplemente aparcados, cosas que nos gustaría hacer antes de morir. Algunos piensan en  hacer cosas como  saltar en paracaídas, viajar a lugares exóticos, conquistar a una estrella del cine,  de la música, hacerle un corte de mangas monumental a su jefe o a su suegra, comerse seis kilos de percebes y dos botellas de Vega Sicilia mientras le dan la extremaunción. Cosas así.
Y el caso es que todo eso debe tener algún tipo de gracia porque cuando le pides a alguien que te diga una sola cosa que le gustaría hacer antes de morir, acostumbra a sonreír mucho mientras confiesa ese deseo final que lleva aplazando y que en el fondo sabe sabe que nunca llegará a realizar.
Pero yo llevo un rato pensando en ello, quería hacer una lista, otra más, y resultar la mar de extravagante, pero no.

El momento final siempre es caprichoso. Así que esa lista original no llega, ni llegará, no quiero hacer nada especial antes de morirme. Mi lista mortuoria se compone de algo así como: quiero morirme en mi cama, mientras duermo, al lado de un tipo estupendo, después de haberme despedido de todo el que me tenga que despedir y que todo eso pase dentro de muchísimos años.  
Es cuestión de suerte, lo sé, pero los deseos de cada uno, son los deseos de cada uno y ahí, los otros, no tienen nada que decir.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

HISTORIAS DE ALLI (IV)



La tierra prometida está en el hueco de su clavícula, en el recodo de su cadera, en el aire que expira y en el filo de su navaja. 



(No desistan de escuchar la grabación por la publicidad, es estupenda. El anterior reproductor de música ha dejado de funcionar. Buscaré alternativas)

domingo, 13 de noviembre de 2011

RIDICULECES


Entre las muchas rarezas que me acompañan, y que los años van acrecentando, hay una que, últimamente, toma ventaja sobre las demás. No me gustan las personas que se imitan a sí mismas. Puede parece que si uno se imita en realidad no se copia, pero no es así. Algunos, se van plagiando una y otra vez, y sobreactúan en sus actos. Se autocopian para significarse.
Eso, tan ridículo, les transforma en una exageración, una caricatura de lo que son, en busca de lo que quisieran ser. Insoportable. Porque imitar puede tener su gracia cuando se copia a un tercero aprendiendo y modificando, aunque sea sólo un poquito, para ser mejores.
Pero cuando uno se imita a sí mismo, no va a ningún sitio, sólo a su mismo centro, y termina siendo terriblemente aburrido, incluso ridículo.


sábado, 12 de noviembre de 2011

HISTORIAS DE ALLI (III)



Si tú me dices ven, iré. Vendré para estar contigo, para que tú estés conmigo. Pero, recuerda, si tú me dices ven, vendré, pero no dejaré nada.

jueves, 10 de noviembre de 2011

CADENAS


En la esquina de mi casa hay un supermercado. Desde hacía algún tiempo no era extraño que, sobre las 21:30 horas, justo al cerrar, grupos de personas se avalanzaran sobre los cubos de basura, que los trabajadores dejaban en la acera, en busca de cualquier cosa que se pudiera aprovechar. Aquellos cubos, que he visto cientos de veces, estaban llenos de productos próximos a caducar o con los envoltorios deteriorados. Los humanos cuando todo nos sobra somos así de estúpidos, no nos gusta el tetra-brik "abollado" aunque lo que contenga esté en perfecto estado.

Sin embargo, desde hace algún tiempo el panorama es bien distinto. Los trabajadores del supermercado, a la hora de cierre, dejan dentro del local los cubos de basura y, por la puerta de entrada de mercancías, reparten sobre las 21:30, a los que lo necesitan, unas bolsas que contienen algunos productos básicos. Me consta que las bolsas siempre llevan: un cartón de leche, un paquete de pasta, un pack de embutido, pan, alguna otra cosa (fruta, algo de carne) y una vez cada quince días incluyen una botella de aceite y algo de limpieza. Sé, además, que esas bolsas las estaban pagando ellos de su propio bolsillo.

Un día, mientras pagaba en caja, con la persiana medio bajada, ví como sacaban las bolsas y las entregaban ordenadamente a los que pacientemente habían aguardado al cierre de la tienda. Pregunté por lo que veía. Marisa, la encargada, me lo explicó de una manera muy sencilla: Solidaridad. Me explicó que era una cuestión de dignidad y comprensión, que nadie va por gusto a un cubo de basura para abastecer su casa, por muy aprovechable que esté lo que haya en su interior. Y es cierto.
Para ser consciente de algunas cosas basta con estar al pie de la calle. Marisa cobra 1.050 Euros con sus pagas extraordinarias prorrateadas, hace más hora que un reloj, tiene dos hijos adolescentes a su cargo en exclusiva, y un padre nonagenario en casa. Pero, como dice, hoy estamos a un lado de la cristalera y mañana, por una patada del destino, estamos en el otro. Sólo hay que asomarse a última hora de la tarde y ver como otros que son igual que cualquiera de nosotros, que hasta ayer trabajaban o esperaban tener una vejez tranquila, necesitan acudir a un cubo de basura. Esto no es cosa del lumpen, ni de marginados.

Así que sin quererlo, en mi barrio, un barrio corriente de una gran ciudad, se ha creado una cadena solidaridad entre los habituales del supermercado para atender a aquellos a los que no les llega la cartera. No entregamos dinero, entregamos alimentos y productos de limpieza. Colaboramos con las bolsas sin preguntar. Es una cuestión de necesidad. Puede que algunos crean que alguien se aprovecha, pero da igual, por uno que lo haga hay muchos otros que se benefician. Puede que otros crean que el beneficio es para el comercio, pues es allí donde lo compramos y dejamos en caja para el posterior reparto, creo que eso a todos los que nos hemos sumado a los eslabones de la cadena nos da igual, de algún sitio tienen que salir las cosas y al menos comprando en éste mantenemos los puestos de trabajo de los que tan brillante idea tuvieron.

En mi barrio los coches pasan muy rápido, las luces a veces nos deslumbran, algunos ni nos conocemos, pero tenemos gente que vale la pena.

Esto es una cadena y así funciona.



Dire Straits - Lady Writer



miércoles, 9 de noviembre de 2011

NOVENTA Y OCHO OCTANOS


Existen muchos motivos por los que hago las cosas que hago. Para las cosas ordinarias,  las del día a día, tengo uno y principal: sobrevivir. Para las que hago cuando aparco lo ordinario, robándole horas al sueño, tengo uno y principal: sobrevivir a la que sobrevive. ¿Complicado? En absoluto. La ordenación de la bipolaridad vital tiene estas cosas.

Les dejo algo para que ustedes también sobrevivan. 






martes, 8 de noviembre de 2011

HISTORIAS DE ALLI (II)


Le invitó a comer, tenía que darle una noticia. Uno esperaba y el otro se hacía esperar. Entre bocado y bocado no dejaron de sonreir. De vez en cuando una tos que parecía nerviosa se cruzaba entre ellos. Puede que fuera durante el segundo plato, o tal vez llegando al postre, pero el caso es que cuando trajeron la cuenta un palillo oscilaba en la nuez del que no pudo contener la tos nerviosa.
Nadie volvió a sonreir y la cuenta quedó sobre la mesa.

domingo, 6 de noviembre de 2011

HISTORIAS DE ALLÍ (I)

Con la punta de los dedos se deshizo de los zapatos junto a la puerta. Entró descalza y se tumbó sobre la cama. Reclinada, de costado, le llamó con un gesto de su dedo índice. Eran las nueve. Disponía de tres horas hasta que él se convirtiera en rana.
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"Regresa con frecuencia y tómame,
amada sensación: regresa y tómame.
Cuando despierte el recuerdo en mi cuerpo,
y el antiguo deseo me recorra la sangre,
cuando los labios y la piel recuerden
y sienta aquellas manos que aún me tocan,
regresa con frecuencia, y tómame en la noche
cuando los labios y la piel recuerden".

Constantine Cavafis

Billie Holiday - I can't give you anything but love

 
 

sábado, 5 de noviembre de 2011

PIXELADO


"No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo." 
Emile Cioran

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La suya era una violencia sorda, queda, que se escurría entre silencios inquietantes, recalcitrantes. Escondí cualquier cosa que me recordara que en algún lugar del mundo existía y que, por algún motivo aún desconocido para mí, había desaparecido sin dejar rastro.
Su rostro transformado en un punto pixelado en mi memoria y su imprudente individualidad convertida en las casi imperceptibles trazas del almizcle.

UNA DE MANDOBLES, POR FAVOR.


Hace unos días asistí a la presentacion en Barcelona de la edición en castellano de una obra inédita, en aquella lengua, de un escritor archiconocido ya fallecido. No voy a dar más datos, pero el que siga un poco esta web y lo que se publica en ella, sabrá de quién y de que hablo.


Pues bien, sobre aquello ya escribí y ahí queda. Pero sobre lo que no escribí, y fue porque no creo que ni el editor, ni la hermana del escritor, presentes en aquel acto, se merecieran una crónica en la que repartiera mandobles y se hablara poco o nada del libro, o de su autor. Pero, como digo, aquello ya está hecho y la espinita, sobre lo que allí pude ver, la tengo clavada dentro. 
Por eso, ahora viene cuando voy a lo mío y lo mío es poner de manifiesto la absoluta falta de preparación, o de ganas, o de conocimiento, vaya usted a saber, de las personas que los medios de comunicación, en ocasiones, envían para cubrir actos literarios.

Algunos se escudarán en que esos “periodistas”, ignoro si lo son o no, se limitan a acudir a su trabajo, hacer cuatro líneas o una grabación de lo que en las presentaciones se dice y a otra cosa mariposa, que no les tiene que interesar para nada la literatura. Así que lo mismo podrían cubrir un incendio en el barrio de Salamanca, que una plaga de pulgas en el Somorrostro, que el Premio Nobel de literatura. Y puede que algunos crean que eso tiene que ser así, pero yo, sinceramente, creo que para que uno pueda hacer un trabajo en condiciones tiene que tener un mínimo de interés en lo que hace. Y es que cuando uno no conoce nada, o casi nada, sobre lo que va a informar, no se ha documentado mínimamente, es imposible hacer del trabajo propio algo gratificante para uno mismo y para los que van a recibirlo.


Puede que ahora a quién le lluevan los mandobles sea a mí, pero si es por decir que algunos hacen su trabajo con una mecánica que espanta, bienvenidos sean estos.


viernes, 4 de noviembre de 2011

MANUALE D'AMORE III



El amor requiere arrojo y valentía. Si usted cree amar a alguien, no espere a mejores momentos para expresar su amor al ser amado. Suélteselo a bocajarro, en cualquier momento. Si la reacción es una cara de espanto, no se apure, siempre le quedará el viaducto y en el mejor de los casos una preparación ideal para un casting de culebrones.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

OTRA DE INDIOS


Nos encanta que nos engañen como a chinos, que nos vendan noticias para distraer. La última son los 7.000 millones de personas que durante la semana pasada se han dedicado, sobre todo los periódicos y noticiarios del mundo mundial, a divulgar con motivo de la advertencia que la ONU nos ha hecho a toditos, todos, de lo  malo que es ese crecimiento exponencial para la economía y el medioambiente.
Así, todos contentos, discutiendo si el habitante 7.000 millones es un filipino, o un indio, o uno de Albarracín, mientras los de la ONU, y otros advenedizos, se dedican a decir chorradas con las que justificar el sueldo que ganan.

Y es que no es un misterio para nadie que muchos de los niños que nacen en este mundo no constan inscritos en ningún sitio (no hace falta ir a Sri Lanka, ni a Tombuctú, aquí mismo en España) y por tanto, oficialmente, no existen. Cualquier número es siempre una tonta aproximación. Así que vayan a saber si vamos por los siete mil millones o por los ocho mil, al final eso es lo de menos. Lo que importa es que haya pan, agua y un techo para todos, y cuando me refiero al pan, al agua y al techo, espero que lo entiendan como lo haría un ser humano normal y no como un miembro de la ONU, que son capaces de pensar que lo digo en sentido estricto.

En cualquier caso, una estupidez más con las que se llenan horas del personal para despistar sobre los problemas importantes del día a día. De lo que de verdad es importante. Puede que por eso hoy haya decidido entrar en “huelga de prensa y organismos internacionales” y me haya dedicado a leer los tebeos de “Esther y su mundo”. Porque Purita Campos sí que era la leche, y al menos las bolas que te metía te alegraban el día, no como las de Ban Ki-moon, Presidente de la ONU, que empiezan a ser para llorar.